Como muchos bolivianos y bolivianas, desde las organizaciones de mujeres y otras, a través de las redes sociales, hemos asistido el pasado 30 de diciembre de 2020 con expectativa a la aprobación de la Ley de Regulación del Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Argentina, un gran paso más a nivel latinoamericano en respuesta al ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos de muchas mujeres.
El debate que se instaló en el Senado argentino, visto por millones de personas en el mundo, mostró cómo uno a uno las y los parlamentarios presentaban alegatos en pro y en contra, desde aquel discurso sin sustento y respaldo técnico alguno, misógino, cargado de estereotipos sobre las mujeres, hasta aquellos que apoyaban la Ley, señalando y sustentando sus exposiciones en el derecho internacional de los derechos humanos, informes de relatores y relatoras especiales de derechos humanos y recomendaciones internacionales a los países, como el nuestro, donde todavía se penaliza el aborto.